viernes, 27 de marzo de 2020

Situación de la Educación 0 a 3 años por el COVID-19

                     

       Desde  aquí, desde este encierro al que nos tienen sometidos las circunstancias, quiero hacer visible un sector de nuestra economía que no es de poca importancia, el de la “Educación Infantil de 0 a 3 años”, la “gran olvidada”, esa que nadie tiene en cuenta y que, sin embargo, es tan importante en nuestras vidas y en las vidas de todas aquellas personas que nos rodean.

Una importante parte de nuestra población activa tiene hijos e hijas pequeños, de entre 6 meses y 3 años, y para poder ir a trabajar no tienen más remedio que dejarlos con alguien que les inspire confianza, tranquilidad, que consiga que los padres y madres se puedan ir a trabajar, dejando a sus pequeños, a veces muy pequeños, con gente en la que confían plenamente. Pues esas personas somos nosotras, las que asumimos la Educación Infantil de Primer Ciclo, y no somos ni un guarda niños, ni un parque de bolas, ni una ludoteca por horas. Somos centros con una función educativa que ha sido avalada por la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias y contar con la acreditación de dicha consejería supone para el personal directivo de los centros un gran esfuerzo que, por suerte, no afrontamos de manera solitaria, pues contamos con el respaldo de equipos de profesionales (casi siempre, con mucha antigüedad en nuestros centros) que todos los días cuidan, educan y dan conocimientos a nuestros niños y niñas y se dejan la piel en su bienestar y en el de sus padres y madres y, por tanto, merecen el reconocimiento tanto de las personas responsables de los centros, como de las familias y de la administración.

Como decía anteriormente, ser aprobados como Centros de Educación Infantil por la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias nos ha supuesto realizar inversiones en nuestros locales, contratar a profesionales con titulación específica, contar con empresas externas para la contratación de seguros de accidente y responsabilidad civil,  prevención de riesgos laborales, protección de datos,  control de plagas y demás controles sanitarios que nos exige la legislación. Y después de este esfuerzo y de cumplir con todas sus exigencias, esta misma administración nos obliga a cerrar nuestras puertas, a irnos a nuestras casas, sin ni siquiera poder teletrabajar con nuestro alumnado, pues, ciertamente, salvo quizás con los de 2-3 años, a los que podríamos enviar actividades para hacer en casa, no es posible teletrabajar con nuestro alumnado ¿se puede teletrabajar con un niño de menos de un año? Sin embargo, esta situación no nos libra de seguir teniendo que mantener nuestros locales, pagar el agua, la luz, el gas, el salario de nuestro maravilloso personal y, muchos, casi todos, también el alquiler. Y debemos hacer frente a todos estos gastos sin tener actividad ni ingresos y sin que la Administración que tantas exigencias y controles nos ha impuesto parezca contemplar ninguna ayuda directa que nos permita sobrellevar esta situación. ¿Cuál es la solución entonces? ¿Acudir a la banca para poder mantener un centro cerrado? Creo que la Consejería de Educación debería pronunciarse y tomar medidas, sin intermediarios que nos ahogarían aún más. De no ser así, es muy probable que la mayor parte de nosotros debamos cerrar no solo nuestras puertas, sino también nuestros negocios, por no poder asumir los gastos que esta terrible catástrofe nos está generando y que no podemos asumir.

Somos maltratados, no reconocidos, pero indispensables, desde aquí quiero hacer llegar a familias y administraciones este mensaje: ¿Qué van a hacer el próximo curso, cuando tengan que ir al trabajo para levantar este país que hoy se cae a pedazos y no tengan donde dejar a sus hijos e hijas? ¿Qué va a hacer la administración con todos esos niños y niñas de entre 0 y 3 años que no van a tener un hueco en sus “Escuelas infantiles públicas”? ¿Dónde van a escolarizarlos?

Pido pues a todo el que lea mis líneas que, si lo consideran oportuno, las compartan, que sea del dominio de todos, porque todos queremos el bienestar de nuestro futuro: los niños, los más pequeños y vulnerables.

Miriam Santanta Reyes
Centro Infantil Tamboril